Si, podemos encerrarnos, enojarnos y hasta hacernos mas santos que otros diciendo: "Yo no celebro la Navidad, Jesús no nació en Diciembre. Esta es una celebración pagana y ni el árbol, ni Santa Clause, ni dar regalos está en la Biblia." "Yo celebro a Jesús todos los días" Pero el hacerlo es perdernos una gran oportunidad de celebrar. Entiendo el resentimiento y la resistencia a la época. Con tanto comercialismo y énfasis en comprar, se pierde la razón por la que se hace fiesta. Pero a la verdad, enterrado en los símbolos familiares de la época se encuentra la razón por la que nosotros celebramos. Aun con distorsión, estos símbolos nos señalan a Jesús.
San Nicolas. Cierto que ahora es una leyenda para muchos, pero tiene su origen en la realidad. Nació en el tercer siglo y fue criado en el cristianismo. Sus padres murieron mientras él era niño y le dejaron herencia. Siguió el mandato de Jesús y vendió todo lo que tenía para darselo a los pobres. Vino a ser obispo de Myra y se tomo muy en serio el hacerle bien a "estos pequeñitos" ya que amaba a los niños y a menudo les daba lo que necesitaban. También amaba a Jesús profundamente. Fue perseguido por su fe y encarcelado. En el concilio de Nicea, donde se estaba discutiendo la deidad de Jesús, Arius afirmaba que Jesús no era igual al Padre y negaba su deidad. ¡El indignado Nicholas se levantó, cruzó la habitación y le dio una bofetada a Arius! El árbol. Durante el invierno, los alemanes tenían un rito al dios Thor. Se reunían alrededor de un roble llamado "Roble Trueno" y allí sacrificaban a un niño. Bonifacio, un misionero, deseaba convertir al pueblo destruyendo el Roble del Trueno, del cual los paganos se habían jactado de que el Dios de Bonifacio no podía destruir, así que reunió a unos cuantos compañeros y viajó a Geismar. En la vispera de navidad, Se acercó a la reunión pagana y dijo: "Aquí está el roble del trueno; Y aquí la cruz de Cristo romperá el martillo del falso dios Thor ". Bonifacio y sus amigos llegaron en el momento del sacrificio, que fue interrumpido por su presencia. En un espectáculo de gran confianza en Dios y nacido de un deseo de encender el fuego de Cristo en los paganos alemanes, Bonifacio agarró un hacha y cortó el roble del trueno de Thor. Los alemanes estaban asombrados. El obispo predicó el Evangelio al pueblo y utilizó un pequeño abeto que estaba detrás del roble ahora talado como una herramienta de evangelización. Señalándolo, dijo: "Este pequeño árbol, un niño pequeño del bosque, será tu árbol santo esta noche. Es la madera de paz ... Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes. Miren cómo apunta hacia arriba, al cielo. Que este sea llamado el árbol del Cristo-niño; reunanse alrededor de el, no lo hagan en el bosque salvaje, sino en sus casa; allí no presenciará ningún acto de sangre, sino regalos amorosos y ritos de bondad ". Asombrados por el acto, los alemanes recibieron a Jesús y fueron bautizados. Martín Lutero fue el primero en poner candelas al árbol para iluminarlo. Fue en un madero que Jesús murió y dió su vida por nosotros, sin embargo no adoramos la cruz, sino el que murió en ella. No adoramos el árbol navideño, sino a quien nació para darnos vida eterna. Las luces. Juan habla de Jesús como la luz verdadera que alumbra a este mundo (tristemente los hombres amaron mas las tinieblas que la luz). Jesús nos dice que debemos alumbrar a todos los hombres, somos la luz del mundo. Los regalos. Simplemente, Dios dio a su Hijo. Y su Hijo nos dio a nosotros toda bendición en los lugares celestiales. Suficiente razón para nosotros dar. Y somos llamados a compartir sus bendiciones (materiales o espirituales con otros). La festividades. Dios es un Dios de fiestas y celebraciones. El Antiguo Testamento nos dice todo lo que Dios quería que su pueblo celebrara (entiendo que Navidad no está allí). Solo basta leer el relato del nacimiento de Jesús para saber que fue un evento de mucha alegría y celebración. ¡Dios haciendose humano, la Palabra encarnandose! ¡Que momento! Por lo menos a Dios le pareció una buena oportunidad para celebrar. Celebrar que finalmente cumplía su promesa de enviar un Salvador, celebrar que habría reconciliación, celebrar que habitaría entre nosotros como uno de nosotros. Tan alegre fue la ocación, que millares de ángeles cantaban en la atmosfera y proclamaban: ¡Gloaria a Dios es las alturas, paz en la tierra a los que agradan a Dios! Los pastores se alegraron, los sabios se alegraron, Simon se alegró, Ana se alegró. Todos ellos celebraron que Dios había tomado forma humana. El único que no se alegró fue Herodes. El se turbó. En navidad se anunció el gozo, la alegría, la paz, y la buena voluntad. Esto es lo que el mundo anda buscando, lo que cada alma desea, lo que todos celebran. Y sicede que nosotros conocemos a aquel que nos la vino a dar, a Jesús. Como no aprovechar la oportunidad para celebrar con mucha mas razón. Como no celebrar al Principe de Paz y compartirlo con otros. Ya están usando los símbolos, ya estan deseando estas cosas, y quizá podemos guiarlos para que celebren con mas significado y riqueza. Lo importante es no estar divididos en esto, sino unirnos a reconocer a Jesús en todo. Y si ya celebras a Jesús todos los días, que estos días no sean la exepción. Claramente no celebramos que Jesús nació el 25 de Diciembre, celebramos que nació, que se hizo uno de nosotros y que fue parte de la experiencia humana. Celebramos que vino a darnos paz en nuestra alma y paz para con Dios.
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AuthorBienvenidos al blog pastoral. Espero que sea de bendición para tu vida. Archives
Enero 2021
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