Comenzamos este año con un enfoque de ayuno y oración basado en 2 Crónicas 7:14: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Me llama la atención el verso 15: "Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar." Esta es una linda promesa de parte de Dios. Sin embargo nos tiene que hacer pensar en al seriedad de que Dios mira y escucha todo lo que sucede en la iglesia cuando nos reunimos. Está atento a ello. Si esto es así, entonces, ¿qué es lo que ve y escucha? Esto determinará si de él tenemos una respuesta favorablemente o no a como iglesia.
En 2 Crónicas 7:14 Dios nos da lo que el espera ver y oír cuando nos reunimos como iglesia y lo que él hace en respuesta. Son cuatro cosas que nos mantienen enfocados: humillarse, orar, buscar su rostro y volverse de nuestros malos caminos. Nos reunimos para humillarnos Humillarse es dejarse ganar por Dios. Despojarse de lo que nos hace grandes e importante. Es hacerlo a Él el mas importante. Cuando la iglesia no sabe humillarse, sus reuniones se centran en individuos que se hacen el centro de lo que pasa. Personas que buscan que Dios y otros reconozca lo importante que son. Cuando no son tratados como piensan que merecen, entonces se molestan, se duelen y hay división. Dios no escucha a a los que se hacen importantes, Dios escucha a los que saben humillarse. Humillarse no solo es venir delante de Dios y decir no soy nada, es venir delante de los hombres y hacernos sus siervos en Cristo y ser amables y bondadosos con nuestras palabras y nuestros hechos. Humillarse es mirar hacia abajo. Nos reunimos para orar Hacer las prioridades de Dios las mas importantes. Alinear nuestras prioridades con las de Él. Es decir venga tu reino y hágase tu voluntad. Orar es hablar con Dios y pedir por las cosas que son importantes para él. A menudo tratamos la oración y a Dios como una máquina de casino: echamos una monedita, una oracioncita, le damos vuelta a la manija y que salga el premio. La iglesia se vuelve un casino, cada quien en su maquinita. La realidad es que no tenemos que hacer nada para convencer a Dios que nos de algo que necesitamos, lo que si tenemos que hacer es conocer su corazón acerca de lo que estamos pidiendo y al hacerlo tendremos su paz. Dios no escucha peticiones solo para satisfacer nuestros deseos (Santiago 4:1-4). Orar es mirar el corazón de Dios. Nos reunimos para buscar el rostro de Dios Buscar el rostro de Dios es venir cara a cara con Dios y dejar que sus ojos nos escudriñen. Es dejar que seamos formados por Él y ponernos a cuenta. El Señor señala la iniquidad dentro de nosotros y nos permite escudriñarnos a nosotros mismos. Buscar el rostro de Dios es traer su verdad en lo íntimo. Hay una frase que nos ayuda a escapar esta realidad: “Es que así soy,” pero, así como eres, eres como Cristo? Si la respuesta es no, entonces no puedes seguir siendo así” Buscar el rostro de Dios saca a la luz lo que no le agrada a él. Es reconocer nuestras faltas. Dios no escucha cuando no hay honestidad. Buscar el rostro de Dios es mirar hacia adentro. Nos reunimos para arrepentirnos Arrepentirse es cambiar de pensar, de actitud y de acción. El arrepentimiento verdadero tiene fruto o sea, se muestra en acciones diferentes a las que hacías antes. Es el producto de la convicción que el Espíritu Santo produce en nosotros diciéndonos que nuestro proceder es desagradable delante de Dios y lastima a otros. Donde no hay una práctica de arrepentimiento diaria hay desenfreno y dureza de corazón al punto que nunca haces nada malo, son los demás los que están equivocados. Arrepentirse es cambiar mis acciones por las de Dios, mi trato por el de Dios, mi estilo de vivir y pensar por el de Dios. No es solo un sentir, es una realización, que mueve la emoción y por ende nos lleva a acción. Dios no escucha cuando no hay un cambio intensional de pensar y de accionar. Arrepentirse es dejar las malas acciones atrás y mirar hacia adelante. Los ojos de Dios están abiertos para mirar lo que pasa en Compañerismo Cristiano. Sus oídos están abiertos para escuchar lo que se dice. ¿Qué ve, que escucha? Si Dios mira una congregación que sabe humillarse y arrepentirse, si escucha un pueblo que ora y busca su rostro, entonces el responde perdonando y sanando. Cuando se cierran los cielos, cuando la langosta consume todo tu esfuerzo y tu trabajo, cuando la pestilencia o la enfermedad toca tu hogar, ¿qué clase de iglesia queremos ser? Queremos ser la iglesia a la que Dios escucha.
2 Comentarios
Elizabeth mendez
1/29/2016 07:45:21 am
es hermoso como podemos experimentar la oracion y el clamor acompanado de la palabra La conviccion que Dios esta alli y que responde cuando realmente le entregamos nuestro corazon y el anhelo de nuestro corazón le pertenece a El.
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Delia perez
5/17/2016 05:55:54 am
Dios es grande y tiene tantas cosas buenas para nosotros y a veces ccreemos que la felicidad esta en lo que tenemos Pero la felicidad es ese Gozo que se experimenta cuando Dios entra en nuestra vida.
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AuthorBienvenidos al blog pastoral. Espero que sea de bendición para tu vida. Archives
Enero 2021
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