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CONOCE EL PLAN DE DIOS PARA TI

¡Podemos confiar en la Biblia! La Biblia nos muestra quién es Dios, revela sus planes y propósitos y nos explica cómo permitirle a Dios renovar nuestra vida de maneras que le agradan a él y que nos benefician a nosotros.

La Biblia enseña que todos tendemos a desviarnos a caminos contrarios a los planes y propósitos de Dios para nosotros y para el mundo. Frecuentemente, la gente no es consciente de su necesidad de reconciliación con Dios. Muy fácilmente podemos descuidarlo y seguir nuestros propios caminos. Sin embargo, Jesús declaró que él es el camino, la verdad y la vida y que nadie llega al Padre sino por él. ¿Cómo entonces podemos llegar a Dios a través de Cristo? Considera los próximos paso. 

PASO 1: DIOS

Dios nos ama y nos ofrece una vida plena y abundante y la vida eterna.


En Juan 10:10, Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (NVI).

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. —Juan 3:16

¿Por qué tanta gente no experimenta esta clase de vida? Vemos parte de la respuesta en la descripción de la Biblia del lado de LAS MALAS NOTICIAS de nuestra condición. Más adelante veremos el lado de las buenas noticias.

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PASO 2:  NUESTRO PROBLEMA

Ninguno de nosotros ha cumplido con los estándares de Dios de moralidad. De muchas maneras y a distintos grados, todos hemos pecado y seguimos pecando. Nuestro pecado nos separa de Dios.

Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. – Romanos 3:23

Cada uno de nosotros morirá físicamente y luego estaremos ante Dios como nuestro juez.

Cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio. – Hebreos 9:27

Dios nos juzgará, y luego, reaciamente nos asignará a la consecuencia de nuestros pecados: muerte eterna y separación de Dios.

Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor —Romanos 6:23

Nuestro pecado nos separa de Dios por la eternidad a menos que de alguna manera seamos liberados de pagar el precio por ello. Tenemos que volvernos de nuestro pecado hacia Dios.

Dios quiere una relación íntima con nosotros y ha provisto el remedio para nuestro alejamiento de él. Aquí está LA BUENA NOTICIA del evangelio.

PASO 3: EL REMEDIO DE DIOS

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de los muertos, pagando así el castigo por nuestros pecados y haciendo un puente en la brecha que hay entre nosotros y Dios.

Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. —Romanos 5:8

Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. —1 Pedro 3:18

Es increíble, pero Cristo murió en nuestro lugar. Él puso el castigo por nuestros pecados sobre sí mismo en la cruz.

La vida eterna es un regalo gratuito que no se puede ganar con las buenas obras o acciones. Nuestras buenas obras no alcanzan para cruzar la brecha.

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. —Efesios 2:8‐9

Solamente al apropiarse de la muerte de Cristo en la cruz puede una persona tener certidumbre de vida eterna.

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PASO 4:  NUESTRA RESPUESTA

Cada uno de nosotros necesita responder a lo que Dios nos está ofreciendo. Hay tres maneras de responder.

Escucha la buena noticia del evangelio de Jesucristo.

Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida. Juan 5:24

Cree que Jesús es el Hijo de Dios que tomó tu lugar, llevó tu pecado y murió por ti.

Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. —Romanos 10:9‐10

Recibe el regalo de gracia de Dios para ti. Acepta a Cristo como tu Señor, tu Salvador, tu Dios.

Pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. —Juan 1:12

PASO 5: RECIBA A CRISTO COMO SALVADOR

¿Entiende el mensaje de la Biblia? ¿Entiende y cree con su corazón que Cristo murió en la cruz por usted y resucitó de los muertos; entiende y cree que pone toda su confianza en la muerte de Cristo por usted? ¿Está dispuesto a extender su mano y aceptar el regalo de Dios de vida eterna, dándose cuenta de que cuando Cristo entre a su vida, de esta manera, él posiblemente comenzará a renovarla de maneras que podrían ser incómodas, pero mejores para usted? Entonces tome el próximo paso. 

El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. –1 Juan5:12-13 (NVI)

 

ADMITA que es un pecador que necesita un Salvador y pídale a Dios que lo perdone y lo ayude a alejarse del pecado.

 

CREA que Jesús murió por usted y resucitó, venciendo el pecado y la muerte.

COMPROMETA su vida al seguimiento de Jesús, poniendo su confianza total en Él y dándole autoridad de decisión como Señor de tu vida.

HABLE CON JESÚS AHORA MISMO

Puede hablar con Dios seria y sinceramente con una oración que sea algo así:

Padre celestial, te agradezco porque me amas profundamente así como soy, porque te interesas en mí y quieres lo mejor para mí.

Entiendo y creo que he hecho muchas cosas que a ti te parecen malas. He pecado de distintas formas, y sé que esas cosas te han lastimado profundamente.

También entiendo y creo que el castigo por mis pecados es la muerte eterna; no puedo estar contigo en el cielo sin que se hayan perdonado todos mis pecados.

Te agradezco mucho por haber enviado a tu Hijo Jesucristo a morir en la cruz por mí: el sacrificio que pagó por todos mis pecados. Gracias, Jesucristo, por morir en mi lugar y por soportar voluntariamente los horribles golpes y la crucifixión que me dan perdón y me hacen recto ante Dios el Padre.

Ahora mismo, Jesucristo, te pido que entres a mi corazón y mi vida. Por favor, aplica tu muerte en la cruz a mí como individuo. Estoy dispuesto a que te apoderes de mi vida y a que me guíes en el mejor camino. Te doy permiso para obrar en mi vida, para que me ayudes a cambiar, a crecer y a llegar a ser todo lo que tú quieres que yo sea.

Te pido estas cosas sinceramente de corazón. ¡Gracias por escucharme! Oro en el nombre de Jesucristo, tu Hijo. Amén.

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